Versión 5: cambiar el orden de las frases.

Se llamaba carolina e iba de camino hacia el colegio. Llevaba consigo un libro de aspecto viejo. La fuerza del viento hizo que se abriera y pasaran las páginas. Cuando el profesor impartía clase, el libro cayó al suelo y llamó la atención de él.

Los alumnos se preguntaban por qué estaba vacío y cuál era el sentido de su existencia. En el momento en que se cerró, una de ellas quedó doblada. Resultó que la última se encontraba doblada con palabras sueltas sin sentido aparente.
Lo abrió y, para su sorpresa, las hojas estaban en blanco. Carolina propuso que, al no haber escritura alguna, se inventara una historia a través de las frases de cada uno de ellos. Poco a poco, muchas manos humildes continuarían las frases que habían encontrado en el libro, convirtiéndolas en una historia: la historia del pequeño libro perdido.

Al acabar las clases y ésta vez con el libro a medio escribir, Carolina vio un árbol que le resultó llamativo. Lo depositó en un banco.
Por la mañana, una joven recogió el libro. Una oscura silueta atravesó el parque. Decidió situarlo a su lado.

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